Siempre pensé que la gente nunca cambia, en esencia, pero sí mejora o empeora...creo que en estos dos últimos años mejore y empeore en muchos aspectos.
Aceptar que somos amoldables y que nuestro corazón se acomoda a lo que vamos viviendo es un proceso medio complicado ya que hay pasos que la vida misma te pone para seguir y considero que muchas veces es más llevadero cuestionar si estas haciendo lo que en la vida te propusiste o soñaste, considerando que las personas a tu alrededor pueda que no colaboren contigo y tus metas.
Todo ser humano es sociable y en definitiva descubrí que unos más que otros, y sociables me refiero a compartir tiempo y contacto con la gente, no a la comunicación tecnológica que uno tiene, ese abrazo que reconforta, esos ojos puestos en los tuyos cuando hablas de ti o de tus experiencias, esos presentes y detalles que enamoran por más sencillos que sean, pues aprendí en estos dos últimos años que a veces de lo que más nos quejamos es lo que más extrañarás cuando ya no estén, así que comprendí que debemos cuidar nuestros pensamientos y deseos con respecto a nuestro alrededor...
Yo tengo una estrella en el cielo y este año esa estrella regreso a mí y con todo lo complejo que pueda ser la vida, llena mi corazón y lo rebalsa de amor, simplemente no me deja rendirme ni sufrir más de 5 minutos, su sonrisa llena todos los espacios vacíos y tristes que tenía en mi ser, todos los días bailamos de corazón a corazón y sus ojos me hipnotizan al punto de que olvido quien soy porque él es mi persona en extensión.
Así que para terminar sólo puedo decir que han sido los dos años más intensos de toda mi vida, los más hermosos por haber tenido los días más tristes y los más alegres que pude experimentar, y sobre todo porque me han hecho notar lo fuerte y valiente que soy y estar orgullosa de eso sin esperar que alguien más me lo diga...estoy orgullosa de estar en donde estoy! lo noten o no.
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