Durante mucho tiempo las personas están inmersas a una forma de pensar y actuar, según nos enseñaron desde pequeños, con el tiempo según los resultados de ese aprendizaje y estilo de vida que adoptamos es que algunos somos capaces de detenernos y elegir si continuar así o no.
Estas experiencias normalmente están basadas en las alegrías que uno acumula en su vida, y cuando son más las tristezas y decepciones, es que uno puede decidir parar y luchar por cambiar.
El lado espiritual es un aspecto fundamental para alcanzar la madurez, amor y paz interior para aceptar los daños y errores y no sufrir por ellos. La encrucijada en la que uno se encuentra se vuelve difícil para avanzar, uno tiene que mirar atrás pero no para retroceder y lamentarse sino para fortalecerse y con TODO lo que uno ve en su vida, poder avanzar y avanzar bien.
No debemos olvidar que el día en el que dejemos de soñar y anhelar algo, es ese el día en el que hemos muerto espiritualmente. Los sueños son nuestro motor para salir adelante, para ser mejor persona, para crecer, para ofrecer a la vida una mejor versión de ti. No nos quedemos conformes con lo que somos, siempre hay algo mejor que ofrecer...NUNCA DEJEMOS DE SOÑAR.
Patricia Olivera Ponce
